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La navegación es el único medio, excepto el helicóptero, o el treking a lo bestia, para acceder a la Laguna de San Rafael.
En esta laguna se encuentra el Glaciar San Rafael. Imprescindible su visita, es algo inolvidable.
Son tres días (como mínimo) de navegación. La salida es de Puerto Mont. Hay varias compañías que hacen el recorrido, nosotros lo hicimos con la compañía Navimag, a nosotros no nos gustó, hay otras que, sin duda, ofrecen más calidad, pero también son más caras. Skorpios, por ejemplo.
El barco. El Puerto Eden
Cuando mi mujer lo vio, empezó a mosquearse. Se trataba de un barco mixto, de carga y pasajeros.
Pues no os quiero contar cuando vio el camarote, como había cuatro literas, se imaginó que iban a meter a otras dos personas. Menos mal que no fue así, casi no cabíamos nosotros, difícilmente hubieran cabido otros dos.
La salida del barco se hace desde Puerto Mont, a medio día. El día era espléndido y en cubierta se estaba de maravilla.
A la izquierda se puede ver el volcán Calbuco
Y el volcán Osorno, También
Otra vista del Calbuco
Y…..empezamos a navegar por los canales patagónicos de Chile.
El primer día transcurrió sin nada más que recordar el día espléndido que hacía. A la hora de la cena fue cuando empezamos a notar las incomodidades de ese tipo de navegación. Los pasajeros eran muchos, y el comedor era pequeño. Solución: organizar tres turnos para las comidas. Total ¡Un lío!. De ahí mi recomendación, de que si alguna vez viajáis a la Laguna de San Rafael lo hagáis en otra naviera.
Una vez superada la prueba de la primera cena, nos fuimos a dormir.
El día siguiente amaneció nublado y con un frío intenso (ya estábamos muy al sur).
En esta zona la población es de un habitante por Km2, por lo que es una zona prácticamente despoblada. Solo hay unas pequeñas poblaciones muy aisladas. Como Puerto Deseado.
Como resulta que dentro del barco nos sentíamos incómodos, pasábamos el tiempo en cubierta viendo los paisajes magníficos que se nos ofrecían.
Cuando ya no aguantábamos más el frío, nos metíamos en el puente de mando. Allí había buena calefacción, y el personal era muy amable y nos explicaba los secretos de la navegación, y los lugares por los que nos movíamos.
A medio día del segundo día, llegamos a Puerto Chacabuco, aquí desembarcamos para hacer una excursión turística, mientras tanto desembarcaron todos los camiones que iban en el barco. Y nos quedamos en el barco solo los pasajeros turistas.
Este es el hotel Loberías del Sur, en Puerto Chacabuco, de no se cuantas estrellas. Muy recomendable para llevar a vuestra pareja.
En la excursión visitamos Puerto Aysen. Con su famoso puente de madera.
Memorial
Otra vista desde el puente de madera.
En el parque de bomberos había una compañía de nombre “España”
Al día siguiente, llegó el momento “cumbre” de todo el viaje, la arribada a la laguna de San Rafael. Por la noche se celebró una fiesta para celebrarlo, llenaron el salón con globos y serpentinas. Y el ambiente era de lo más alegre, según se puede apreciar en la foto.
Peeeeeero…….la visión de la Laguna de san Rafael, es suficiente para acabar con todas la incomodidades pasadas. Se accede a ella por el Río Témpanos. ¿Sabéis porqué se llama así?. Los témpanos que se ven en esta foto, son hielos desprendidos del glaciar San Rafael.
A medida que nos adentramos en la laguna, los témpanos desprendidos del glaciar son cada vez más numerosos.
Y……por fin…..!EL GLACIAR!
El barco quedó anclado en la laguna, y nosotros pasamos a unas lanchas con una capacidad de unas 20 personas, que nos trasladaron hasta las paredes del glaciar, de unos 40 metros de altura.
Las recomendaciones que nos dieron eran muy claras. No ponerse de pié, si alguno se cae al agua, no va a aguantar vivo más de 5 minutos, nadie se va a tirar al agua para sacarlo, si se le puede sacar desde la lancha, vale, pero sino, las “diña”.
Y…..nos sirvieron un wisqui…….chileno, pero wisqui. El hielo nos lo servimos nosotros mismos cogiéndolo del que había en el agua. A mí, me gustó, pienso que se debía a que el hielo no sabía a cloro.
El glaciar estaba envuelto en una espesa bruma, menos mal que a medida que nos acercábamos se iba levantando.
Este glaciar, como todos los de esa zona, está en franco retroceso. Hace 20 años su pared se adentraba en la laguna 600 metros más, y sus paredes se elevaban hasta los 80 metros (hoy día solo se elevan 40 metros). No hace falta ser un científico para darse cuenta de que hay algo que va mal.
Por los bordes del glaciar se pueden ver las huellas que ha dejado el hielo a su paso, y que hoy día solo se ve la roca descarnada.
Después de este viaje a la Laguna de San Rafael. Hicimos otro día de navegación, en un barquito más pequeño, y de una duración de un día solamente, para ver los glaciares de Balmaceda y Serrano.
Salimos de Puerto Natales por el fiordo de Última Esperanza.
El glaciar Balmaceda……..da penita de ver como está. Apenas queda nada de su antiguo esplendor. Se ve claramente todo lo que ha retrocedido.
Otra cosa es el glaciar Serrano. Aunque también ha retrocedido lo suyo, todavía mantiene un aspecto razonable. (Sobre todo para los que lo vemos por primera vez)
Aunque si nos fijamos en sus laterales, también podemos apreciar que la cosa no va bien.
Estos “pajaritos” que se ven, y que están sobrevolando el glaciar Serrano, son cóndores.
En toda esta zona, los bosques, principalmente, están poblados de unos árboles llamados “lengas” y “ñires”. La Lenga tiene una bacteria parásita. En el punto del ataque, el árbol se defiende formando un “engrosamiento” llamado “nudo de lenga”. En este nudo crecen unas bolas amarillas, y que eran muy apreciadas por los antiguos indios de la zona como alimento. Les llaman “pan de indio”. Yo las he probado y me parecieron muy insípidas.
Hoy, damos por terminado este viaje. Otro día mas……..
Un saludo
Puente
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