Perfil
El trayecto de Moscú a San Petersbugo lo hicimos en un barco fluvial, un recorrido de unos 1500 kilómetros, por carretera hay algo menos.
Después de las aglomeraciones de Moscú y de las que nos esperaban en San Petersburgo, los tres días de relax que duró la navegación nos vinieron de perlas.
El recorrido fue totalmente fluvial, se navegó por: canal Moscú-Volga, río Volga, embalse de Rybinski, río Sheksna, lago Blanco (no se porqué se llama así puesto que sus aguas son casi del color del chocolate), canal Volga-Báltico, río Kovzka, lago Onega (2º mayor lago de Europa), rio Svir, lago Ladoga (el más grande de Europa, y río Neva.
En los puntos rojos, el barco hacía una parada. Desembarcábamos y hacíamos una visita al lugar.
El barco era el “M.S. Zosima Shashkow” (el nombre corresponde a un famoso almirante de la flota fluvial rusa)
Características del barco:
Proyecto: 302 (serie 2ª) fabricación alemana.
Categoría fluvial: (3 anclas)
Tonelaje: 3.360 t
Eslora: 129 m.
Manga: 16,7 m.
Calado: 2,94 m.
Planta motriz principal: 3 motores 736 kvt
Capacidad pasajeros: 296
Voltaje: 220 V.
Velocidad media: 13,8 nudos (25,5 km/h)
Personal de servicio del barco: 114 tripulantes.
Había muchos barcos como este, que hacían el mismo recorrido, todos repletos de turistas de todas las nacionalidades.
Moscú está a mayor altura que San Petersburgo. Esta diferencia de alturas se salva mediante 16 esclusas. En el mapa de la primera foto, podéis ver el croquis. Alguna veremos.
San Petersburgo capital del Imperio Ruso es una preciosa ciudad situada a orillas de la desembocadura del río Neva, casi en el golfo de Finlandia del mar Báltico.
Fue fundada el 27 de Mayo de 1703. Pero de San Petersburgo hablaremos en otro reportajillo.
La primera parada la hicimos en Uglich a orillas del Volga.
Uglich es una pequeña ciudad de la provincia de Yaroslavl y una de las más interesantes del alto Volga. Forma parte del famoso “Anillo de oro” de las ciudades medievales situadas alrededor de Moscú. La primera mención escrita de la ciudad pertenece al año 937. Su nombre tiene distintas explicaciones.
El nombre de la ciudad se parece a la palabra “úgol”, que significa “esquina”, la ciudad está situada en un lugar donde el río “dobla la esquina”.
El nombre Úglich en ruso se parece a la palabra “carbón”, en la antigüedad aquí producían carbón quemando leña.
La tercera hipótesis es que el nombre se parece al de la tribu de los eslavos que aquí habitaban.
Muchos acontecimientos del país están relacionados con la ciudad de Úglich. Hasta el siglo XII formaba parte del primer Estado Ruso, cuya capital era Kiev. En la época feudal perteneció al Principado Rostov-Súsdal. La época de su mayor esplendor económico se debió al comercio, porque el Volga era una importante via comercial. En 1326 Iván I apodado Kalitá (saco de dinero), unió las tierras eslavas y Úglich formó parte del Principado de Moscú.
Creció su fama en 1591 al ser el lugar de la muerte del último hijo de Iván IV (el Terrible). El Príncipe Dimitri . Esta muerte abrió el camino al trono a Boris Godunov, yerno del Zar Feodor y Primer Ministro del país.
En Úglich se encuentra la iglesia de San Dimitri sobre la Sangre Derramada. (la de Dimitri, hijo de Iván el Terrible)
La versión oficial sobre la muerte de Dimitri, fue que él mismo se había dado muerte en un ataque de nervios. Como resulta que los sicarios que le habían dado muerte fueron muertos por algunos de los vecinos del pueblo, todos ellos fueron posteriormente ajusticiados, y la campana con la que dieron aviso a todo el pueblo fue condenada a ser arrastrada hasta Siberia, donde permaneció confinada.
Esta es la campana.
En Úglich hay una fábrica de relojes, en ella se hacen los famosos relojes rusos de las marcas Aviator, Poljot, Buran, Sturmanskie, y Moscow. Con tienda abierta al público. (Yo me compré un Moscow).
Esta es la fábrica.
También está la Iglesia Catedral de la Transfiguración.
GORITSI
La siguiente parada y desembarco lo hicimos en Goritsi. Aquí se encuentra el monasterio de San Cirilo (no estoy muy seguro de que este Cirilo fuera el mismo que diseñó el alfabeto Cirílico).
Este Cirilo era un monje que en sueños vio un lugar en el que debía fundar un monasterio, a la edad de 60 años se fue caminando desde Moscú hasta Goritsi, donde encontró el lugar con el que había soñado y fundó el monasterio.
Goritsi es el puerto que está situado a la orilla izquierda del río Sheksna, famoso por el antiguo monasterio de San Cirilo. El conjunto arquitectónico del Monasterio de San Cirilo del Lago Blanco pertenece a las obras preclaras del arte ruso.
A finales del siglo XIV Cirilo, archimandrita del Monasterio de San Simeón de Moscú, de 60 años de edad, abandonó Moscú y se dirigió hacia el norte como le indicó en sueños la voz de la Virgen para fundar allí un monasterio. Primero levantó cerca del lago dos pequeñas iglesias, y posteriormente convirtió el monasterio en centro de peregrinación. San Cirilo murió 30 años después de la fundación del monasterio (en ese tiempo se consideró un milagro el que hubiera vivido hasta los 90 años), que se había convertido no solo en un lugar de culto, sino también en un centro feudal que unía muchísimos pueblos y tierras. El monasterio siempre había gozado de privilegios por parte de Moscú, convirtiéndose con el tiempo en uno de los más ricos del país. Una contribución significativa para la fortificación del monasterio la hizo Iván IV El terrible, que exiliaba a estas tierras a los adversarios, boyardos (nobles rusos) y príncipes. Actualmente a orilla del lago Siverskoye se extiende entera esta ciudad medieval, rodeada por murallas y torres con un monasterio activo y con 11 iglesias de piedra abiertas al culto.
El Monasterio.
LAS PUESTAS DE SOL
En estos ríos y lagos grandiosos (lagos Onega y Ladoga), las puestas de sol son “legendarias”. La época de “las noches blancas” en esta latitudes estaba empezando y las puestas de sol se producían sobre las 23,30.
ISLA DE KIZHI
La isla de Kizhi se encuentra en el lago Onega que es el segundo lago de Europa por sus dimensiones, después del Ladoga. La población local muy a menudo lo llama “padre Onega”. La superficie del lago es de 9.610 Kilómetros cuadrados, sin tener en cuenta las islas, tiene 248 kms de largo, la parte más ancha es de 83 kms. La parte del norte del lago tiene profundos golfos, hay grandes y pequeñas islas (1650 aproximadamente). Las tormentas son muy frecuentes, a veces las olas suben hasta los dos metros y medio. El lago es famoso por el agua limpia y la belleza extraordinaria de sus amaneceres y puestas de sol.
En la isla se encuentra un típico poblado todo construido de madera.
Catedral de la Transfiguración, con 22 cúpulas de abedul. Fue construida sin un solo clavo. En la isla de Kizhi, situada en el Lago Onega. Un verdadero museo al aire libre de arquitectura de madera.
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Molino orientable en la dirección del viento. Según la leyenda para orientarlo era necesaria la fuerza de dos caballos, o de cuatro hombres, o la de una sola mujer rusa cabreada.
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Otras construcciones de madera en Kizhi.
LAS ESCLUSAS
Las esclusas son obras hidráulicas que permiten vencer desniveles concentrados en canales navegables elevando o descendiendo los navíos que se encuentran en ellas.
El cruce de una esclusa es una operación bastante lenta; puesto que hay que equilibrar los niveles de agua, primero con el tramo de canal donde se encuentra el navío y luego con el otro nivel hacia el que saldrá el navío. El consumo de agua es considerable; para disminuirlo se procura nunca hacer un llenado o vaciado de la esclusa si no hay un navío que requiere de atravesarla.
Técnicamente, el limite de desnivel que puede ser vencido con una sola esclusa es de aproximadamente 25 m.
El barco en el que íbamos es de los mayores que pueden navegar por estos canales y esclusas, apenas cabía de ancho en ellas.
Aquí podéis ver una secuencia de fotos en las que se puede apreciar la entrada a la esclusa, su vaciado, y la salida del barco a un nivel de 15,9 metros más abajo.
MANDROGUI
Verjnie Mandrogui es una aldea pintoresca situada a orillas del río Svir, entre los lagos Onega y Ladoga. Es uno de los lugares más lindos de la región Leningradskaya (de San Petersburgo). La posición alejada de las ciudades pobladas crea un ambiente que favorece a un descanso auténtico. “Mandrogui” en traducción del idioma vepsskiy (un pueblo báltico-finlandés) significa “rápidos del río”, ya que más arriba de la aldea, antes de la construcción de los embalses del río Svir, hubo el rápido más duro. El pueblo se veía obligado a arrastrar las lanchas para pasarlo. En 1942 Verjnie Mándrogui sufrió la ocupación fascista. Pero desde el año 1960 empieza a restaurarse el pueblo de artesanos. Ahora Mandrogui es un pueblecito donde se puede descansar, disfrutar de la naturaleza, y gustar platos de la cocina nacional rusa y hasta fabricar algo con los artesanos locales.
Buenoooooooo……..Mi opinión de este lugar es un poco diferente. Yo lo vi como un lugar eminentemente turístico, con sus edificios de madera, todos nuevos, y que en vez de recordarme a Rusia, me recordaban a un poblado indio de una reserva de indios USA.
¿Había artesanos? Pues si, pero me dio la impresión de que estaban a su “rollo”, y los productos que fabricaban se ponían a la venta en las tiendas correspondientes. Vamos igual que ocurre en todas las visitas turísticas de todo el mundo.
EL RELAX
Durante la navegación, para que los pasajeros no se aburrieran, se organizaban todo tipo de actividades, de las que yo “pasaba olímpicamente”. Lo que más me gustaba era repanchingarme en la cubierta y disfrutar del paisaje, que era extraordinario.
A orillas del río los bosques y casitas se sucedían una y otra vez.
Muy a menudo nos cruzábamos con barcos grandes, y otras veces no tan grandes.
¿Y este? No nos lo cruzamos, pero por allí estaba aparcado ¿Será un submarino fluvial?
Las actividades a bordo eran muchas, hasta tuvimos un simulacro de hundimiento, en el que todos los viajeros tuvimos que ponernos el chaleco salvavidas que fue revisada su correcta colocación por el personal de la tripulación. Más que un simulacro fue una “juerga”.
Otro día, las camareras (guapísimas) se vestían de “Eslavas” y nos ofrecían una comida eslava también.
Un grupo ruso nos amenizaba con canciones típicas.
Había conferencias sobre la historia y la religión de Rusia. Estas sí que me interesaban y asistí.
Otro día hubo una fiesta pirata.
Otro día, todas las chicas (rusas todas) nos cantaron una canción en español (Clavelitos).
Y así un día y otro hasta que llegamos a San Petersburgo.
Pero en esta bella ciudad hay mucha “tela que cortar”, y por si sola merece un monográfico aparte.
Un saludo
Puente
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